La respiración es uno de los procesos fisiológicos que te permiten mantenerte con vida. Te acompaña desde el primer momento en el que llegás a este mundo hasta el último segundo.
Si bien sucede de manera involuntaria desde el sistema nervioso autónomo, podés afectarla voluntariamente para ir generando diferentes experiencias a nivel físico, mental, emocional y energético. Es el único proceso automático del cuerpo en el que podemos interferir concientemente.
El trabajo de gestión de la energía a partir de la propia respiración es conocido dentro del Yoga como pranayama (prana=energía vital que tomás a partir de la respiración) + (yama=regulación).
El proceso respiratorio es uno de los puntos clave dentro de la disciplina yóguica. Su estudio es muy antiguo; surge a partir de la observación de los animales, ahí es donde los humanos empezamos a notar que las especies que tenían una respiración más larga vivían más que los que tenían ciclos más cortos y buscamos imitarlos a partir de la experimentación de diferentes técnicas.
Tu respiración puede darte mucha información sobre vos mismx:
-Habla de tu balance tensión-relajación: si la musculatura involucrada en la respiración se encuentra acortada por sostener niveles de tensión altos, la respiración será más corta. La inhalación generará una mayor sensación de incomodidad. Por eso en la práctica de yoga se busca crear espacio en esta musculatura.
-Habla de tu ritmo interno ante la vida: alargar la respiración te regala paciencia y aceptación, disminuyendo la respuesta de estrés y fomentando la aparición de la respuesta de relajación en el cuerpo. Esto te permite gestionar de manera más saludable emociones como la ansiedad, el miedo o la angustia. También te ayuda a conectar con el descanso más fácilmente.
-Habla de tu nivel de presencia/conciencia: conocer tu respiración es conocerte. Meditar a partir de la contemplación de tu respiración es un regalo, una oportunidad de crecimiento, un portal hacia espacios tuyos desconocidos, poco habitados o invadidos por respuestas automáticas emocionales adquiridas. Te pasó de tener un susto y que automáticamente tu respiración se acorte? O de suspirar mucho cuando sentís angustia? Es tu respiración mandandote señales sobre cómo te sentís!
A partir del trabajo con tu respiración podés modificar tu cuerpo físico, su fisiología, la gestión de tus emociones, tu funcionamiento mental y tus niveles de energía. Sí, todo eso y más, respirando.