¿Qué es “lo saludable”?

¿Podemos decir que algo es saludable en si mismo? ¿O lo saludable siempre será relativo?

 

Hay hábitos que podemos considerar saludables en la singularidad de cada persona: prácticas que mejoran o conservan su salud integral.

Hay hábitos que podemos considerar saludables en la generalidad de la población: prácticas que sabemos que traen beneficios en todos los niveles y que no tienen grandes perjuicios en su práctica.

Sin embargo, una colección de hábitos saludables realizada diariamente desde el apuro, la autoexigencia y el deber, sin flexibilidad ni escucha interna; ¿Es realmente saludable?

 

Entonces, más allá de la acción en sí hay un punto previo a tener en cuenta que es la intención:

¿Desde dónde hago esto que voy a hacer? 

¿Me lo pide el cuerpo? 

¿Me lo pide la mente? 

¿Lo puedo disfrutar? 

¿Cómo me siento cuando lo voy a hacer?

 

Quizás hoy mi intención sea sentirme más vital y eso me lleve a ciertas acciones en el día. Quizás mañana mi intención sea descansar mejor y eso me lleve a ciertas acciones en el día. Quizás pasado mi intención sea tratarme con más amor y eso me lleva a ciertas acciones. 

Y otro día quizás mi intención sea trabajar la disciplina y las acciones serán otras. 

La intención tiene que estar abierta a mutar con nosotrxs, sino volvemos a la obligación y la rigidez.

Y con esas intenciones que definimos como base para la acción construiremos un compromiso. No me comprometo con el hábito en sí sino con la intención que hay detrás que es la que me va marcando la dirección y me hace elegir ese hábito no desde el esfuerzo o la fuerza de voluntad sino desde el bienestar que me da sostener un compromiso conmigo.

Pero encarar la salud desde este compromiso con mi intención implica presencia. Si yo no sé cómo estoy hoy y qué estoy necesitando, ¿Cómo puedo dármelo?

Si no tengo un minuto de silencio para escucharme, ¿Cómo sé cuál es mi intención hoy?

Regalarnos un instante de presencia será entonces un primer paso posible para crear y sostener hábitos saludables y será quizás el primer hábito saludable que puedas implementar hoy.

Nutrir tu presencia para mejorar y mantener tu salud.

Hay muchas maneras de trabajar la presencia y seguro encontrarás algunas que vayan bien con vos en este momento. Está bueno siempre conocer varias e imaginarlas como en una estantería donde, día a día, vos podés ir eligiendo cuál usar.

Algunas que practico y comparto son: la meditación, el Yoga, la respiración consciente, el journaling, la alimentación consciente, el arte, etc. Toda herramienta que te implique una profunda concentración y disfrute es válida.

 

Y si sentís que tenés ganas de dar este paso para sentirte mejor pero no sabés ni por dónde arrancar, el 28/07 empieza un proceso grupal donde estaremos trabajando estas cuestiones. Es un Programa de tres semanas totalmente online que podés ir llevando a tu ritmo. La información que compartimos ahí es para tenerla a mano toda la vida y te queda para siempre.

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