Las recetas que tradicionalmente nos han llegado para la Navidad vienen del hemisferio norte, donde están transitando el invierno. Por lo tanto, suelen ser recetas muy calóricas y ricas en grasas.
Las preparaciones con carne, los turrones, el chocolate, el pan dulce… comidas que generan calor interno en el cuerpo. Y que, si ya estamos con algún desbalance en este sentido, van a incrementarlo.
En nuestro caso, en el inicio del verano, necesitamos una mesa fresca, liviana, con alimentos crudos que nos ayuden a hidratarnos: comidas que nos refresquen internamente.
Es valioso entonces cuestionar los mandatos culturales que nos llegan dados por la historia familiar, geográfica, social y crear unos más alineados a la naturaleza y el momento que estamos viviendo. Y también a nuestra constitución singular y a nuestros gustos, claro.
Si necesitás ideas que te ayuden a pensar otras opciones, te dejo un recetario gratuito con un montón de comidas que podés recrear a tu gusto. Hay saladas y dulces para que elijas!
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