Ashtanga Yoga y Yoga sutras

Hacia el año 200 a.C. un yogui conocido como Patanjali sistematizó las enseñanzas que había hasta el momento sobre yoga en un texto llamado Los Yoga Sutras. “Sutra” puede traducirse como hilo; Patanjali a través de frases cortas y concisas va uniendo las enseñanzas sobre esta disciplina. El sutra es una frase corta que condensa mucha información, por lo cual suele requerir interpretación por quienes conocen y viven el yoga.

Patanjali define el Yoga en el segundo sutra como el cese de las fluctuaciones de la mente. Yoga entonces es la eliminación selectiva o calma de los movimientos en la mente. Entonces, se trata de una disciplina con una búsqueda mental para ir conociendo y desmalezando la narrativa interna, las historias que nos contamos y las cosas con las que nos identificamos, reemplazándolas por un acceso directo a nuestra naturaleza esencial, nuestro ser, nuestra conciencia de puro presente.

Esto sólo podemos conseguirlo a partir de una práctica sincera mantenida por un tiempo largo sin interrupciones y con desapego sobre los frutos de las acciones que emprendemos. De eso hablan el resto de los sutras.

“Astau” puede traducirse como ocho y “Anga” como paso o rama; por eso Ashtanga Yoga es el yoga de los ocho pasos. Patanjali presenta una práctica para desarrollar nuestra conciencia a partir de ocho herramientas. Yoga es entonces principalmente una práctica por la cual buscamos calmar nuestra mente.

Los ocho pasos implican una serie de pautas que marcan modos de vincularnos con el mundo y con nosotres.

1.YAMAS: códigos éticos de amor en palabra, pensamiento, intención y acción (Ahimsa), verdad (Satya), no robar (Asteya), moderación-autogestión de la energía (Bramacharya) y no avaricia-desapego (Aparigraha).

2.NIYAMAS: observancias personales de limpieza interna y externa (Sauca), contento (Santosha), disciplina y austeridad (Tapas), estudio y autoestudio (Svadhyaya) y entrega (Ishvara Pranidana).

3.ASANA: práctica de posturas

4.PRANAYAMA: ejercicios de gestión de la energía a partir del control y la expansión de la respiración

5.PRATYAHARA: llevar los sentidos hacia dentro para la introspección y la autoindagación

6.DHARANA: concentración de la atención

7.DHYANA: meditación

8.SAMADHI: experimentar la unidad de Todo

Asana, las posturas de yoga, y Pranayama, el trabajo consciente con la respiración ayudan a purificar el cuerpo y equilibrar el sistema nervioso. Con un cuerpo y una mente limpios podemos elegir cómo queremos que sea nuestra interacción con el mundo y con nosotres, los Yamas y Niyamas. Estos cuatro puntos son prácticas externas que, una vez establecidas, ayudan a que se desarrollen los restantes.

Nuestro contacto con el afuera es a través de los sentidos. Lo que los activa es nuestra percepción: la información que recibo al mirar, oír, saborear o tocar está filtrada por nuestra percepción, la cual se construye a partir de nuestra historia personal. La percepción es bidireccional: hacia afuera y adentro. Cuando empezamos a percibir hacia el interior se denomina Pratyahara.

Dharana o concentración es la habilidad para mantener la mente en un solo lugar; pero el proceso mental de atención es intermitente, aparecen otros pensamientos que nos llevan. Cuando el flujo pasa a ser fijo llega el estado meditativo o Dhyana, el cual de forma natural dará lugar a una Conciencia Universal o Samadhi.

Estos elementos son formas de trabajar con nuestra conciencia, la cual suele estar nublada por pensamientos con los cuales tendemos a identificarnos, algunos constructivos, otros destructivos, pero la mayoría nos alejan de nosotres y tenemos que aprender a gestionarlo. Eso es yoga, es el camino y la llegada.

Es importante practicar estos ocho pasos como un mapa, una hoja de ruta, con responsabilidad y compromiso. Estas prácticas eliminan las impurezas que nublan nuestra consciencia y nos liberan de nuestra mente. El objetivo del Yoga tomando a los Yoga Sutras es poder discriminar el observador del objeto de observación, el que experimenta de lo experimentado, el sujeto del objeto; para que la conciencia permanezca en el ser interior y no se pierda en la referencia externa siempre cambiante. Esa es la liberación.